El encuentro de Marmatólogos nace inicialmente como estrategia intermediaria de
comunicación entre los investigadores académicos que desde los años 80 del siglo XX,
pero en gran cantidad a partir del año 2012, visitan nuestro pueblo minero, y la gran
cantidad de organizaciones sociales locales que a partir del año 2006 surgieron como
respuesta social, cultural, política y/o económica a las transformaciones radicales que
en nuestra vida cotidiana ha causado y sigue causando la presencia de un proyecto
transnacional de extracción aurífera.
Estos investigadores que desde diversas perspectivas disciplinares llegan a Marmato, ya
sea para completar sus tesis de pregrado o posgrado, o para iniciar algún proyecto de
investigación en alguna de las áreas académicas en que trabajan los grupos de
investigación al interior de universidades colombianas y extranjeras, no solían dejar
una huella significativa en la población.
Este evento académico pensado como una especie de congreso de Marmatólogos que se dan
cita en el pueblo minero para comunicarse con los líderes de las organizaciones sociales
locales; busca facilitar un ejercicio de reciprocidad entre los investigadores y los
ciudadanos que se constituyen en informantes claves para las investigaciones académicas.
Así la gente puede percibir un beneficio directo en la presencia continuada de
académicos que los interrogan dentro de sus casas, en un café, un bar-discoteca, una
oficina, un socavón, un bareque, un molino o en alguna de las curvas de los
serpenteantes caminos de piedra que conducen a cada lugar del pueblo.
Pero... ¿En qué términos logran los ciudadanos percibir ese beneficio?: En el hecho de
que todas estas investigaciones revelan aspectos que difícilmente pueden ser pensados
desde adentro de sus vidas cotidianas. Aspectos que siendo revelados pueden ser usados
como argumentos políticos de resistencia civil por parte de los líderes de las
organizaciones sociales locales.
Es por ello que el encuentro de Marmatólogos se ha convertido en una instancia permanente
de reflexión, entre académicos y líderes sociales locales, sobre los valores
patrimoniales de la cultura minera marmateña, y sobre diversas formas de interpretación
política y económica de ese patrimonio común a todos los habitantes de este territorio.
Esto explica por qué muy pronto esas mismas organizaciones sociales unieron esfuerzos
para facilitar su financiación y ejecución logística.
Hay dos cuestiones que es necesario mencionar para clarificar el enfoque ideológico de
nuestro evento:
En primer lugar el respeto que profesamos por la pluralidad de puntos de vista desde los
cuales los académicos enfocan ideológicamente sus investigaciones. El encuentro de
Marmatólogos no hace distinciones de tipo dicotómico entre investigadores o entre
organizaciones sociales locales (por ejemplo derecha o izquierda). Y no haciendo esto se
desmarca de cualquier interés ideológico particular, pero no para imitar a los Suizos,
sino más bien para constituirse en espacio democrático de construcción de pensamiento y
acción política diversos, reconociendo que la democracia no existe en el consenso sino
más bien en el disenso permanente. Nada puede ser más parecido a la sociedad marmateña
que se ha construido históricamente como lugar de disenso permanente y, sin embargo,
ostenta el proceso más antiguo en Colombia de formación histórica de una cultura minera.
En segundo lugar la interpretación que el evento hace de los académicos es muy diferente
del que hacen los grandes congresos universitarios. Aquí los marmateños consideramos que
los investigadores son algo así como intérpretes de nuestros puntos de vista; una suerte
de traductores que colocan en palabras propias de una lógica organizativa estatal y/o
empresarial, nuestros particulares y complejos modos culturales de referirnos a nuestro
mundo social y de organizarnos para reproducir nuestra sociedad minera tradicional.
Ambas cuestiones nos han llevado a valorar mucho tanto las posibilidades reflexivas que
sobre nuestra realidad social suscita el encuentro con académicos, como la seguridad que
nos proporciona el vernos acompañados permanentemente de instituciones académicas, en
medio de una situación social de amenaza constante de desaparición del sustrato material
de nuestra cultura minera: nuestro cerro y en derredor, nuestras hermosas cordilleras
andinas.
Una última aclaración necesaria para la historia del evento, es que él mismo no inició
llamándose como hoy lo llamamos. Antes se denominaba “Ciclo Anual de Socialización de
Trabajos Académicos sobre el Pueblo Minero”. Este nombre tan literal sirvió para ir
descubriendo lo que verdaderamente ocurría cuando se reunían los académicos con las
organizaciones sociales marmateñas: se convertía en un espacio para pensar nuestro
devenir social, para re significar (y a veces caer en cuenta de) nuestra singularidad
cultural minera en conflicto y para poner en relación nuestro patrimonio con la acción
política. Decidimos entonces darle el nombre de lo que allí ocurría: un encuentro de
Marmatólogos.